Tres meses después

Tres meses después

El pie de autor del editorial: “Puerto Rico recibe el año nuevo con esperanza y frustración”

SAN JUAN. 29 de diciembre de 1998. De acuerdo a fuentes gubernamentales, Puerto Rico está bien encaminado hacia la recuperación después de los daños recibidos cuando el huracán Georges pasó sobre la isla hace más de tres meses. Pero, muchos isleños cuentan una historia distinta. Las autoridades declaran que los servicios eléctricos y de agua potable fueron restablecidos aún en los lugares más remotos de la isla. Todas las carreteras se pueden transitar de nuevo, con la excepción de algunas en las montañas cuyos puentes fueron arrasados. Sin embargo, los residentes de algunas comunidades aisladas niegan, de manera acalorada, las aseveraciones de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, y los automovilistas, especialmente los turistas, continúan quejándose sobre la falta de rótulos en las intersecciones principales y las salidas de las autopistas, a través de la isla.

Baja en el turismo
En los complejos turísticos, los dueños de varios hoteles pequeños, a lo largo de la costa, piden ayuda al gobierno porque las playas donde estos complejos se encuentran permanecen erosionadas. Como consecuencia de ello, los dueños notan una disminución en el turismo. Los trabajadores del complejo turístico El Conquistador han trabajado incansablemente, entre bastidores, en reparar una sección de casas posadas sobre acantilados: Las Casitas, que fue severamente dañada durante el huracán Georges. Las autoridades de este complejo turístico dicen que anticipan una excelente temporada turística para 1998-99. Los excursionistas que visitan El Yunque se desilusionan al saber que algunos senderos aún permanecen cerrados debido a las docenas de deslizamientos que arrastraron, pendiente abajo y sobre veredas, toneladas de tierra y vegetación.

Sufren las exportaciones
Para la consternación de las madres preocupadas por la salud y el deleite de algunos niños, los guineos y plátanos escasean en la isla. Los distribuidores tienen que importar frutas desde la República Dominicana, un país vecino que no se afectó tanto por el huracán Georges. Muchos criadores de aves de corral se han declarado en bancarrota y se han importado, desde Estados Unidos, huevos pequeños (congelados para su transporte, según se informa). A pesar de que la ayuda gubernamental es lenta en llegar, se ha visto que muchos propietarios reemplazan las ventanas destrozadas y reparan los techos. Cientos de personas sin casa aún permanecen en los albergues. El miedo de las autoridades, respecto a una epidemia de dengue, nunca se materializó, aunque los médicos reportan un incremento en el número de estos casos.

Las carreteras cerradas hacen que los viajes diarios tomen mucho tiempo
Las lluvias de la última semana causaron un deslizamiento en las montañas cerca de Jayuya, que resultó en el cierre, por un período indefinido, de una carretera local. Los furiosos residentes, que ahora tienen que manejar media hora adicional por caminos sinuosos para llegar al pueblo, le echan la culpa al Departamento de Transportación y Obras Públicas por no haber apuntalado el empinado terraplén del lado norte de la carretera, que según ellos, repetidas veces les habían pedido. Los funcionarios de este departamento contrarrestan que los suelos en esta región se han desestabilizado después de que el huracán Georges dejó caer lluvias en cantidades récord. Ellos reclaman que no pueden hacerse responsables por los actos de la naturaleza. Se insta a los automovilistas a ser pacientes.

Los habitantes del bosque sobreviven
Los bosques se han recuperado impresionantemente. Hace tres meses, lucían grises y descubiertos, pero de nuevo están cubiertos de verde. Los científicos explican lo que ha pasado. Después de que la hojarasca y los otros materiales relacionados al huracán se empezaron a descomponer, la luz solar pudo llegar al suelo del bosque. El suelo se puso como si fuese el dosel superior en cuanto a la cantidad de luz solar que recibió. Las temperaturas subieron y la humedad bajó. Estos cambios resultaron en mortandad segura para las plantas que son amantes de la humedad y la sombra, pero en vida abundante para las plantas que aman la luz solar. Aunque las carreteras y los senderos aún no se han reparado, los bosques se encuentran encaminados a una total recuperación. Algunos animales han muerto debido a las condiciones de sequía y a la disminución de fuentes de alimento, mientras que otros han prosperado.

Los científicos estaban especialmente preocupados por la comunidad aviar. De todas las poblaciones de aves que sobrevivieron los fuertes vientos y lluvias del huracán – y la mayor parte sobrevivió - las que comen frutas han sufrido más y se han recuperado más lentamente que las que se alimentan de los insectos. Esto se debe a que el huracán arrancó de las plantas la mayoría de las frutas y que toma tiempo en lo que hay nueva producción. Mientras tanto, los insectos se han multiplicado rápidamente, después de la tormenta.